Km. 0

Ahora , escuchando el CD que me copiaste, Ismael Serrano, “Principio de Incertidumbre” , me encuentro con la canción y con esos versos con que intentaste engrupirme por primera vez (amén de tus frases hechas de Mel Gibson) : “Gente que miente por un trozo de calor, que reza porque pare el ascensor, atrapado contigo”. ¿Habrá sido , ese ascensor del Amanecer, nuestro propio kilómetro cero, querido? ¿Habrá sido ese el inicio de nuestra curiosa historia de besos y películas de video club? Y es que , ¿cuándo podemos saber con certeza el instante en que una historia se inicia? Quizás peor, ¿cuándo o cómo sabemos que acaba? Que luego de más de un cruce, de un “lomo de toro” y de un par de curvas peligrosas , esté el fin del camino y, que seguir implica la tozuda vocación de transitar caminos de tierra, de esos de los cuales es imposible salir sin polvo hasta las rodillas. Yo le voy a las carreteras, aun con los costos del peaje. De esas bien señalizadas y con luces reflectantes para cuando la cosa se ponga oscura o nebulosa. Desde el kilómetro cero. Desde la primera plaza que ya pagué. Con sus prohibiciones y sus límites de velocidad. Aun así.