Bitácora de la Capitana Herrera

24 horas al día, 24 cuadros por segundo

martes, mayo 10, 2005

¡Valor!

Si la cultura pop no me falla, ese término lo popularizó una actriz de quien no recuerdo el nombre, a través de su personaje "Solange" de "Playa Salvaje", aquella teleserie en que Juan Pablo Sáez interpretaba al surfista "Emilio", no al "Billy" , como señaló "La Hechizada" en la última "Caras" (Billy fue en "Adrenalina", 1996). Bueno, el asunto es que la muletilla de la mánager del personaje de Marko Fabjanovic (ojo, ahí Jorge Zabaleta era "el amigo de"), acudía a aquel vocablo cada vez que sentía que una situación lo superaba. Y no se si me superó, pero el asunto es que le puse más ojo a mi último paso por el "Loft". Sí, el "Loft", aquél local hasta ahora siempre amable. Luego de (con la Lore, siempre) decidirnos a bajar del auto y sortear a unos post adolescentes, llegamos al local, y el primer "pero", el portero , quien me dijo , sin dejarme pasar a la caja, que la entrada eran 2 lucas, como si fuera la gran cosa. Lo peor fue la cara, la cara de "no creo que puedan o estén dispuestas a pagarlo". He ahí mi primer "valor". El segundo fue que, a mis 28 años, necesitaba mostrarle mi carné de identidad. Sobra decir que lo que puede halagar a los 21, no surte el mismo resultado a estas alturas , aunque , claro, no pude evitar reconocer que las lucas invertidas en el señor Clinique tienen sus efectos. Como sea , volvimos al auto (que es de la Lore, por supuesto) a buscar la mentada identificación que insistió en pedir el portero con inusitada ironía y desprecio , y juro por lo más sagrado que no suelo andar quebrándome por la vida, pero ante aquella mirada en menos , no pude evitar soltarle: "Bonito, es muy difícil que una chica de menos de 18 pueda financiar estos lentes Gucci y gustar de estas botas taco alto Pollini". Me miró con más desprecio aún, pero cuánto más, whatever, pagué no 2 , sino 3 lucas (un almuerzo en el Cantabria), para tomarme un trago decente y no una tóxica piscola. Finalmente adentro, estuvimos en la barra, me tomé mi kahlua milk y, aunque no soy escencialmente ochentera no dejé de gritar "I was beat incomplete...", mi parte favorita de "Like a Virgin", mientras salía a bailar, y luego de la clásica pasada por el baño, desemboqué en una conversación con un tipo (cuya "novia" allí presente era amiga de la Monik y la Marisol) que se las dió de escritor, soltando a propósito de nada que había publicado una antología de poemas. Fue entonces que le pregunté si la antología era de poemas propios o una selección recopilatoria sobre un tópico en particular. Ahí parece que "le caí gorda". Continuó, aunque con menos ánimo la conversación. Habló de sus gustos personales, me contó que admiraba a un cubano que me resultó desconocido , y por lo mismo le pregunté por qué, por qué le gustaba, y me respondió que por "como escribe", le dije que eso era obvio, y que me contara cuál era la razón específica (sí, lo admito, fui perramente densa, pero en mi defensa-el blog es mío- debo decir que a esas alturas había tomado más que el kahlua) ,no logró responderme, y para darme a entender le solté: "A mi me gusta García Lorca porque entiende la pasión tal cual como yo creo debe ser", y le puse de ejemplo aquel diálogo de Leonardo de "Bodas de Sangre": "Pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta...", y cómo el amor sucede a pesar de nosotros mismos; y así, de la nada, y luego de que mi interlocutor se dejara en evidencia echando mano a la homosexualidad de García Lorca, que no venía en absoluto al caso, salió un tipo diciendo que era sicólogo, (Aldo algo), que entendía que yo era "súper diferente al resto", pero "que no tenía opinión propia al citar a terceros". Yo le dije que no solía citar, es más, que me cargaba cuando las personas comenzaban sus frases con "Según mi sicoanalista..." o "Como decía Kant...", y que él no comprendía el contexto en que había puesto tal ejemplo, pero siguió con la artillería pesada, con esa pseudo superioridad ética y moral que seguramente cree que la tiene por aprobar un montón de créditos académicos que dicen que es sicólogo, cual si fuera yo uno de sus casos clínicos, y aunque me dijo que no , me dio su tarjeta por si algo me hubiera quedado pendiente... ¡Las bolas me quedaron pendiente! Al diablo con un tipo que le da por sicoanalizarte en el "Loft", que se espanta porque una le dice que tiene una deformación profesional y que no puede andar por vida tratando a la gente como pacientes . Ya bastante había tenido con la mesera que trató de mala gana de sacarme de la barra , aduciendo que de ahí salían los pedidos para las mesas. Si no hubiese sido porque yo también he tenido una de esas esforzadas y mal pagadas pegas (sin contar la actual), la hubiese mandado un ratito bien largo a su lugar de origen. Mentalmente me repetía el citado "Valor" (esta bien, me gusta citar y eso no tiene que ver en nada con la opinión), entre cada impasse, los que suelen ocurrirme cada vez que un tipo volando bajo y sin mucho que decir, se las da por tratar de impresionarme, pensando que porque me encanta bailar y soy talla 38 , no se dónde estoy parada, o porque por lo mismo, soy una reaccionaria en contra de cada XY que se cruza por mi camino.
Nota: Ésto lo escribí con la güata, pensando en publicarlo en el blog, el mismo amanecer del sábado llegando a casa. Ya se me pasó el ofuscamiento , pero no la decepción de mis últimas experiencias nocturnas en sociedad.

1 Comments:

  • At 3:59 p.m., Blogger Maqui & Violetas said…

    Es muy entretenido leer tus comentarios, llegué a tu blog porque una vez dejaste un comentario en el mío. En una de ésas nos encontramos en el Loft,
    Melissa

     

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